Cómo plantearte Propósitos de Año Nuevo que de verdad funcionen: 14 pasos para alcanzar tus Metas. Parte II

¡Atención!
Este artículo consta de 2 partes: En la primera las claves que te compartí estaban dirigidas al planteamiento mismo de tus objetivos y en esta segunda, están dirigidas a la consecución de los mismos.

Resumen de los puntos:

Como te comento más arriba, este artículo consta de dos partes. Ésta es la segunda y puedes leer aquí la primera. 

En esa primera parte te di algunas claves para tener en cuenta a la hora del planteamiento mismo de tus propósitos y objetivos nuevos. Es decir, te servirán para la fase más inicial.

Ahora, en esta segunda parte, te voy a plantear unos puntos importantes que te ayudarán a la hora de avanzar de forma constante hacia esos objetivos a lo largo del tiempo. 

Algunos son pasos como tal y otros son cuestiones a tener en cuenta de forma transversal durante todo el trayecto hacia tus logros que te darán la fuerza o la astucia suficiente para no claudicar.

Te servirán para enfocarte, para perseverar… Para encontrar la fuerza y lucidez que necesitas para sortear los obstáculos varios que puedan aparecer a tu paso (externos e internos). Eso sí, hago especial énfasis en nuestros propios obstáculos internos porque, como dije en la primera parte ( y digo a menudo), lo sutil e invisible antecede a lo visible… A lo que vemos materializado en el mundo. 

Asimilar esto de verdad y empezar a atender, priorizar y hacer significativos cambios en lo sutil es un gran trecho del camino.

En fin… Asumiendo que tengas en cuenta lo dicho en el artículo anterior, paso a darte claves para la consecución de tus propósitos. Vamos a ello.

 

 

Clave 7: Crea un "Plan de Acción Mínimo Viable"

Por supuesto, la acción es necesaria. Solamente que no lo es todo, como a veces pensamos. La acción va a ser mucho más efectiva si se respalda con todos los elementos sutiles posibles a favor y también si está organizada.

Así que te recomiendo preparar un plan de acción. ¿Pero por qué «mínimo viable»? Pues básicamente porque vamos, como digo, a activar principalmente el Poder y no la Fuerza. Es decir, vamos, como digo, a optimizar la parte energética, sutil… Ya que, al ser la parte más causal, es más eficiente hacer correcciones ahí y es dónde, en general, fallamos más a menudo. Por desconocimiento. Por haber sido adoctrinados en una cosmovisión «materialista».

Además, y en esa misma línea, si nos obcecamos en detallar el «cómo», y querer controlarlo todo mucho, perderemos de vista el trabajo interno que, como es más sutil, rápidamente se nos pasa por alto.

Imaginemos un caso para entenderlo mejor:

Detallas exageradamente una «hoja de ruta» rígida para realizar un proyecto y te aferras a ella. Puede, entonces, que te olvides de disfrutar por el camino, que te desconectes de ti misma/o, que no fluyas con los cambios y adaptaciones a los que te van invitando el devenir de los acontecimientos. Además, puede que, entonces, pases a poner demasiadas expectativas en unos resultados específicos. Puede que te frustres mucho si las cosas no salen como esperabas (lo más probable). Eso te puede llevar a desanimarte, a sentirte fracasado/a, tomártelo como una señal negativa del destino («no debo ir por ahí»), etc. Puede que eso deteriore tu propio autoconcepto; la relación que tienes contigo (algo tan importante). En definitiva, puede llevarte a rendirte y a sentirte mal. Y, lo peor, te cierras la puerta a un potencial de aprendizaje evolutivo de gran valor que te llevarías puesto para tu vida en general y para siempre.

Así pues, te recomiendo que tu plan sea sencillo, genérico y flexible. Unos primeros pasos que seguirás y te servirán para observar cómo se mueve todo: si parece que las cosas fluyen, si te gusta como te sientes, si descubres algo nuevo de ti mismo/a, si surge, entonces, la necesidad de algunos cambios o aprendizajes, si se te presenta algún desafío que debes afrontar y que te llevará a crecer, etc. Y, en base a tu propio avance, vas reajustando la ruta.

En definitiva, te colocas en el centro de todo a Ti Mismo; A tu visión, tu intención, tu aprendizaje, el desarrollo de tu Poder. Y las acciones y las situaciones externas girarán alrededor de ese «Imán» mágico que has creado y que sigues alimentando.

Clave 8: Persevera en la Ejecución

Sigue tu plan de acción y da los pasos correspondientes cada vez. Como digo, de forma firme pero también flexible. Observando lo que funciona, lo que no, lo que te hace sentir bien, lo que te dice la intuición… Y ves haciendo los ajustes correspondientes. Decide los siguientes pasos cuando hayas avanzado un trecho y, por supuesto, no omitas trabajar a fondo y con compromiso los aspectos sutiles (definir cada vez más tu visión, convencerte de que eres capaz de lograrlo, sacar la fuerza para levantarte en cada caída, usar cada traspié en tu propio beneficio, ya sea reforzando tu motivación, ya sea aprendiendo de tus errores, etc.).

Resumiendo… Ve hacia tu objetivo infatigablemente. Encuentra el modo de seguir avanzando innegociablemente. Usa la creatividad, los conocimientos técnicos. Impúlsate con lo que tengas a tu favor e intenta neutralizar al máximo lo que tengas en contra. 

Aprovecha para fortalecer tu voluntad más y más; para convertir tu mente en un servidor fiel de tu esencia más elevada.

Clave 9: Olvídate del resultado

Esto es parte del entrenamiento mental necesario; de esa optimización de Fuerzas Sutiles. 

Céntrate en hacer tu parte. En reconducir tu mente una y otra vez para que retire la atención de cualquier resultado externo (éxito, reconocimiento externo, «premios» físicos de cualquier índole… )y se centre en lo que descubrir lo está en tu mano para acercarte un poco más a tu objetivo. 

Mientras te enfocas en lo externo, retiras la atención en lo interno. Y dónde pones tu atención pones tu Energía.

Hay una metáfora que uso a menudo con mis clientes en consulta: La Metáfora de la Semilla:

Imagina que siembras una semilla. Y tu exceso de expectativas en que la semilla brote y tu impaciencia te lleva a desenterrar (antes de tiempo) una y otra vez la semilla para ver cómo va. Esto no acelerará el proceso, sino que acabará evitando que la semilla brote. Lo que necesitas hacer durante cierto tiempo es olvidarte del resultado y limitarte a cuidarla (regarla, asegurarte de que reciba la suficiente luz…) y, cuando llegue el momento, los frutos se harán evidentes; el brote emergerá de la tierra. Si te centras demasiado en el «efecto» desatenderás la «causa» del efecto que deseas y éste no se dará.

Como digo, es un entrenamiento. Necesitamos vencer una «programación mental» (que todos tenemos en mayor o mendo medida) que nos lleva a querer la retribución inmediata y a querer efectos materiales ya, antes de incidir lo suficiente en las causas sutiles que provocarán el suceso.

Hay una «versión extendida» de esto. Es el siguiente punto.

Clave 10: Entra en tu Interior y cierra la Puerta

Oí decir una vez a Raimón Samsó en una conferencia esta frase: «Entra en tu Interior y cierra la puerta».

Se basa en un versículo de la Biblia: Mateo 6:6

Mateo 6:6 El Señor Jesús dijo: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Lo que significa, básicamente, es que necesitas, por un tiempo al menos, desatender los fenómenos visibles que se manifiestan en tu mundo físico, para tener fuerza suficiente para crear «lo nuevo».

Si no paras de fijarte en la realidad «poco amable» que te rodea (que son tus antiguas creaciones) esto te bajará la moral, o te creerás cada vez más que estás encerrado en esa realidad, dejando de poner el foco y energía necesarios en la nueva creación. Te posicionarás como víctima y lo antiguo no dejará de perpetuarse.

Al fin y al cabo, los eventos que se observan ahora en tu realidad tangible, son los efectos de tus procesos sutiles del pasado. Si no te gusta lo que ves, necesitas hacer cambios en lo que no ves.

Por ejemplo:  

Imagina que tienes escasez económica (fruto de una mala gestión que, a su vez, es fruto de albergar arraigadas creencias limitantes al respecto). Si no paras de fijarte en tu realidad económica, y de sentirte mal al respecto, seguirás retroalimentando los mismos patrones y la mala relación con el dinero. Ello, seguirá generando los mismos (o peores) resultados.

O sea, se trata de vibrar ya en la nueva realidad (la que estás gestando tú como Dios creador) aunque lo que te rodee por todas partes sea la vieja realidad.

Y también oí una vez decir a alguien en referencia a esto mismo: 

«Hacer esto es tan difícil como operarse uno mismo una mano con la otra mano». Me pareció un poco desgarradora y dramática la comparativa, ¡pero tiene cierto sentido y gracia! Porque realmente no es algo tan difícil pero lo es para una mente «viciada», adicta a observar el mundo de los efectos. Requiere vencer una fuerza colosal; requiere vencer a un Tsunami.

Pero tú eres un guerrero. Y has venido a ganar. El anhelo de tu corazón es tu espada y los efectos negativos que distraen tu mente, el enemigo.

Clave 11: Entiende El arquetipo de la Esfinge

Te voy a intentar explicar esto de forma simplificada, de modo que puedas entenderlo lo suficiente como para aplicarlo ya. Porque es un asunto complejo que daría mucho de sí. Pero, como digo, te voy a compartir una versión reducida.

El arquetipo de la Esfinge figura en los textos y enseñanzas sagradas de todas las culturas de un modo u otro. Me refiero a la figura mitológica mitad león, mitad humano que custodia los grandes Templos como las Pirámides de Egipto, por ejemplo. En occidente tenemos las gárgolas, que hacen la función equivalente. 

Independiente de los símbolos, me estoy refiriendo al arquetipo; a su significado simbólico y metafórico. 

Estoy hablando de un fenómeno que se da siempre cuando se dan determinadas circunstancias. Y si lo comprendes, lo reconocerás cuando se manifieste en tu mundo y sabrás cómo usarlo a tu favor. Me explico:

Al igual que las esfinges protegen los templos sagrados, cuando estás a punto de entrar en una realidad superior, estás a punto de dar un salto evolutivo, trascender un límite, conquistar algo nuevo… aparecen todos los frenos del mundo. Aparecen contratiempos de todos los colores, aparecen situaciones «imposibles», tus miedos más profundos afloran.

¿Te suena esto? Es algo universal, deja de creerte que es algo personal, que «todo te pasa a ti» y, por favor, deja de creer que son señales del cielo que te dicen «no es por ahí».

Es una prueba de fuego; un examen. Es el Universo diciéndote algo así como: «¿De verdad estás preparado para esto?», «¿De verdad quieres lo que dices querer? ¿Hasta qué punto? Muéstramelo.

Si quieres resultados distintos, has de ser una persona distinta. Si ya has activado la Esfinge en tu vida es que has dado los primeros pasos. La Esfinge intenta frenarte por tus puntos más débiles, para ver si, ante la presión, te repliegas en  tu versión anterior o, por el contrario, sigues avanzando sin mirar atrás.

 

Cuando lleguen los obstáculos en serie, comprende que es una buena señal; lo estás haciendo bien. Respira hondo, recuerda que eres un Dios creador que está dejado atrás la piel de humano-víctima y céntrate en encontrar el modo de seguir adelante.

Como digo, lo he resumido mucho. Podría extenderme en este tema. Si te interesa, déjame un comentario para que lo desarrolle más en el futuro.

Clave 12: Lee las señales

A lo largo de tu avance, vas a ir observando señales. La Esfinge, de la que hablábamos en el punto anterior, forma parte de este tipo de señales. 

Recibirás otras también. De repente, sincronías y casualidades que te dan la información precisa que necesitabas, te insuflan ánimo o, directamente, te abre oportunidades para avanzar en el logro de tus metas.

Y, como digo en el título de esta sección: Aprende a leer las señales; no necesariamente has de seguirlas ciegamente. Como vemos, en el caso de la Esfinge, se trata de leer entre líneas y desafiar los obstáculos. No de dejarte frenar por ellos.

La New Age, y la simplificación edulcorada y comercial de la Espiritualidad, nos ha llevado a menudo a conclusiones erróneas. El tema de las señales es algo que ha estado muy malinterpretado. La señales son cómo un oráculo. Te muestran el lugar dónde estás; quizá el lugar al que te estás dirigiendo. Pero nunca te indican, por sí solas, el lugar al que tienes que dirigirte. Eso has de decidirlo tú. Has de sentirlo en tu corazón.

Por ejemplo:

Si vas a empezar un nuevo trabajo y pierdes dos veces el autobús para ir, no es que no tienes que ir, necesariamente. Quizá te muestra resistencias internas, miedos. Quizá te estás frenando ante el crecimiento que supone ese trabajo, por miedo, por sentirte indigno… Quizá te asusta la responsabilidad y piensas que en el fondo, vas a salir perdiendo. Quizá tu personalidad antigua se siente a gusto en el rol de no encontrar trabajo, porque tiene sus ventajas… Solo estoy poniendo algunos ejemplos. Para cada caso puede ser distinto, pero es más complejo que pensar que no tienes que ir.

Cada señal, como digo, es un oráculo. Te da información, sobre todo, de ti mismo. Lee la señales, obsérvate, sé honesto contigo, toma tus decisiones lo más libre que puedas y encuentra el modo de seguir avanzando hacia lo que de verdad quieres.

Clave 13: Celebra tus Logros

Esto es algo importante que se nos olvida a menudo. Nuestro cerebro instintivo, nos lleva a fijarnos en el error, en lo que anda mal, como mecanismo de defensa para protegernos. Tiene cierto sentido y utilidad para algunas situaciones. Pero en otras, nos limita. Y ha llegado la hora de trascender nuestros instintos animales en pro de nuestras capacidades divinas.

Como digo, la mente busca lo que está mal. Como para así defendernos mejor del peligro. Pero también nos hace que, cuando damos un paso adelante, no lo computemos, o le hacemos un caso ínfimo y nos centramos en lo que aún no hemos logrado; en lo que nos falta.

Esto en exceso puede desanimarnos. Colocarnos en un estado permanente de lucha que es agotador. Necesitamos también reforzarnos, nutrirnos, con el regocijo del logro, para seguir teniendo fuerzas y seguir avanzando.

Y no me refiero a un gesto egóico y vanidoso que te haga sentir por encima de los demás. No me refiero a que te jactes de lo bien que lo haces, buscando en el fondo, el reconocimiento de otros. No me refiero a que desarrolles un discurso interno de autocomplacencia que podría ser totalmente contraproducente porque quizá te haría aflojar antes de hora.

Me refiero a que te reconozcas (humilde pero solemnemente) ante ti el mérito que de verdad tienes: lo que has perseverado a pesar de los obstáculos, lo que has luchado con tus voces internas limitantes… Que observes tu progreso en el tiempo; que te compares con tus versiones anteriores. Incluso que exageres la alegría, el alivio, la liberación, la satisfacción. Para hacer crecer esos sentimientos en tu corazón e impregnarte de ellos. 

Esto es hacer girar el círculo en sentido virtuoso (no vicioso): Si te llenas de esa energía, tendrás ese mismo «alimento» para nutrir tu proyecto que, a su vez, dará mejores frutos y te darán más alegrías. Y así sucesivamente.

Clave 14: Usa tus Errores

Y, ya por último, una instrucción que les doy a menudo a las personas con las que trabajo de manera personalizada es: Úsalo. Todo lo puedes usar a tu favor. Siempre.

Porque las circunstancias, en el fondo, siempre son y serán neutras. Eres tú el que puedes dotarlas de un sentido u otro. Depende de ti.

Si das un paso adelante, úsalo como digo en el punto anterior, para regocijarte, para nutrirte. Para sentirte bien, elevar tu autoconcepto, sentirte capaz de comerte el mundo. Para agradecer (que, al tiempo que te hace feliz en el momento, te acerca vibracionalmente a logros mayores).

Y si, por el contrario, sufres un traspié de cualquier tipo, las cosas parecen ponerse en tu contra… Parece que retrocedes… ¡También úsalo! 

Úsalo para reforzar tu voluntad y compromiso… Úsalo para ver en lo que has fallado, perdonarte y corregirte. Úsalo para observar tus tendencias y responsabilizarte de ellas. Úsalo para ver por qué punto débil ha logrado atacarte el «enemigo» y disponte a reforzar ese punto. Úsalo para aprender a apoyarte incondicionalmente y dejar de juzgarte. 

Úsalo para lo que sientas que puede ser usado ese «fallo» y conviértelo en un «acierto».

Esto forma parte del Wu Wei (ese concepto de la filosofía taoísta que se traduce muchas veces como «sin esfuerzo» o «sin acción»). El Wu Wei también se ha tergiversado o entendido incorrectamente o, cuánto menos, de forma incompleta. No se trata de no hacer nada, va mucho más allá. 

Para resumir:

Aprende a usar las fuerzas de la situación. Cada situación trae oportunidades, aprende a detectarlas y a aprovecharlas al máximo a tu favor en lugar de pelear con lo que parece que te juega en contra. Con esto, avanzarás del modo más óptimo y eficiente posible.

Concluyendo

Te deseo fuerza, lucidez, firmeza, compromiso y alegría en este camino hacia tus propósitos más elevados. 

Si has elegido bien tus metas, éstas son solo una excusa para desplegar tus dones potenciales; para convertirte en la persona que has venido a ser. Gózalo como un juego, atrévete, sé osado. Y diviértete. Al mismo tiempo, dalo todo como de una batalla a vida o muerte se tratara. Es tu evolución la que está en juego. Y es la evolución el sentido mismo de tu vida.

Un abrazo grande y hasta el próximo contenido.

 

Desde 2014 liberada de una enfermedad "crónica" gracias a un proceso de transformación interior. Desde 2015 acompañando a otros a recorrer un camino similar al que hice yo.

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4 thoughts on “Cómo plantearte Propósitos de Año Nuevo que de verdad funcionen: 14 pasos para alcanzar tus Metas. Parte II

  1. ¿Algún consejo para superar el cansancio crónico que me impide confiar en mi mejoría y hacer lo que me gustaría?
    Gracias

    1. Hola Elizabeth, ¿cómo estás? Gracias por tu comentario.
      Como sabrás, esta situación que vives tiene la tendencia a meterte en un círculo vicioso: Tu cansancio físico te debilita mental y emocionalmente, socaba tu confianza, etc… Y este estado interno, a su vez, incrementa tu sintomatología física (la fatiga crónica demuestra desánimo, poca energía, desazón, desesperanza, etc.). Ubicado esto, está claro que lo que necesitas es salir de ese círculo; romperlo. O, dicho de otro modo, hacer que, poco a poco, ese círculo empiece a girar en el sentido contrario y convertirlo en lo que algunos llamamos «círculo virtuoso» (que también va tomando inercia exponencialmente pero, esta vez, a nuestro favor.
      ¿Cómo? Pues, para empezar, el hecho de entender a fondo esta dinámica, tomar consciencia de ella, ya te da una perspectiva mucho más completa y objetiva de la situación. Eso ya te es útil para no dejarte llevar tanto por esa reactividad en relación al cansancio; te hace darte cuenta de que no quieres ceder tu poder. Y eso ya te va llevando a elegir una opción más constructiva; o a detectarla cuando tengas oportunidad.
      Pueden haber diferentes opciones, según tu caso. Por ejemplo, una opción puede ser «obligarte» a dirigirte a lo que quieres a pesar del cansancio (antes de que tu síntoma desaparezca), confiando en que el ir colocándote dónde quieres estar te irá llenando de entusiasmo y el cansancio irá disolviéndose solo.
      Otra opción puede ser indagar en ti y detectar qué sucede en tu discurso interno que acaba generándote esa sintomatología. Y trabajar sobre ello.
      Pueden haber más opciones y te toca a ti decidir cual es la mejor.
      Espero que esto te ayude al menos un poco. Me hago cargo de que se trata de una cuestión compleja que podríamos tratar más a fondo en consulta, pero espero que esta pincelada te sirva al menos para dar un primer paso fuera de ese bloqueo.
      Un abrazo grande.

  2. Hola qué tal Cristina.
    Me encantan tus vídeos y tu blog y te quería preguntar cómo trabajar la autoestima o al menos como dejar de ser tan dura conmigo.
    Siempre me comparo y juzgo y no me gusta mucho mi aspecto físico desde hace mucho tiempo.
    Un abrazo y sigue adelante con lo que estás haciendo!

    1. Hola Rosario! Muchísimas gracias por tu comentario y celebro, de corazón, que mi contenido te guste y te sea útil. Normalmente hay un trasfondo complejo detrás de ese conflicto contigo en general y con tu aspecto en particular. Desde luego, no hay un «truco» rápido que sustituya a un buen proceso terapéutico, aunque siempre hay pequeños pasos que nos van ayudando a avanzar en nuestra sanación y autoconocimiento profundos. Algo sencillo y básico (pero muy importante) que te puedo señalar ahora rápidamente es el hecho de activar (y perfeccionar) el «modo observador». Para que me entiendas, consiste básicamente en aprender a observar objetivamente (sin juicios, sin tomar partido, de forma «fría) el propio discurso que se da en tu mente. Generalmente somos «engullidos» por éste y nos acabamos «fusionando» con esa «vocecilla» de nuestra cabeza. Nos creemos todo lo que dice esa voz (aunque sea un discurso contradictorio, inconexo y destructivo). Aprender a observarlo sin creértelo ni tampoco combatirlo, con curiosidad inocente, es un buenísimo punto de partida, aunque te parezca insignificante.
      Es empezar a decir algo así como: «Ah, que curioso, hay una parte de mí que piensa x». Eso te permite poner más distancia y observar de verdad objetivamente si ese pensamiento tiene sentido y si es constructivo para ti, si te sirve o no… Esta objetividad es la antesala de ganar en libertad para elegir los propios pensamientos y/o moldear los que ya tenemos.
      Espero esto te sea útil. Cualquier cosa que necesites me encuentras en mi correo contacto@cristinahortal.com
      Abrazos!!

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