Hola, soy Cristina Hortal
Te acompaño a sanar por dentro y por fuera
Soy terapeuta transpersonal.
Me especializo en la causa interna (emocional, mental, energética y espiritual) de la enfermedad y los síntomas físicos.

Yo soy esa persona dispuesta y capacitada para acompañarte a transitar por un camino poco conocido en el que, muy probablemente, te ha abrumado la soledad.
Ese apoyo que no has encontrado en profesionales convencionales, ni mucho menos en tu entorno habitual.

Puedo echarte una mano si...
Ya has recorrido un buen tramo en el camino del autoconocimiento y la consciencia.
Sabes que albergas un gran poder en tu interior y estás dispuest@ a descubrirlo y a aplicarlo en tu vida.
No te interesa desempeñar el papel de víctima y asumes la responsabilidad de tus circunstancias.
Estás atravesando un proceso de enfermedad o sintomatología física y sabes que éste refleja heridas internas que aún no has resuelto.
Intuyes que tu dolencia puede ser un empujón para lanzarte de una vez por todas a una vida sin miedo.
Sin embargo, te cuesta distinguir cuál es el siguiente paso. También detectar y reconducir autosabotajes y bloqueos.
Necesitas que alguien te ayude a ver algunos "puntos muertos" que se escapan de tu ángulo de visión...
Mi historia personal

1
Siempre tuve unas inquietudes espirituales que no se correspondían con la "normalidad" de mi entorno.
Lo llevé como pude, siempre sintiéndome, en general, "poco adecuada".
Me costaba encontrar "mi sitio"; tanto a nivel de amistades, de pareja, de trabajo...
Sobrevivía impostando un personaje que no era yo. Pero cada vez me pesaba más...
Deboré cientos de libros de desarrollo personal. Sin embargo, no sabía cómo aplicar a mi vida la teoría.
Había un gran abismo entre lo que leía en esos libros (y sentía que era cierto) y lo que sucedía en mi vida cotidiana
Acumulé más y más conflictos internos sin resolver.

2
Paralelamente, desde los veintiún años aproximadamente, fui arrastrando unos fuertes dolores en la parte baja de la espalda, cada vez más limitantes.
Fui identificándome con esas limitaciones; me condicionaban para vivir mi vida.
Intuía que había algo emocional en mi estado físico, pero luego "me olvidaba de ello" y buscaba soluciones fuera de mí.
Fuí a decenas de veces al médico buscando una causa y una solución, sin hallar nada.
Entre distintas vicisitudes, de los veinticinco a los veintisiete años viví un episodio personal especialmente difícil: la enfermedad y muerte de mi padre.
Con la muerte de mi padre, hubo una necesidad en mí de vivir mejor. Cambié algunas cosas como romper una relación de pareja, iniciar unos estudios en el sector social.
Empecé a rodearme de personas con unas inquietudes más similares a las mías. Empecé a ser más yo.

3
Al poco tiempo, a raíz de una fuerte uveítis (lesión ocular) obtuve mi diagnóstico: Esponilitis Anquilosante.
Pensé que, a partir de ese momento, encontraría un tratamiento adecuado y mi salud mejoraría.
No fue así.
Me contaron que la enfermedad era crónica y solo se podían paliar los síntomas.
Inicié un peregrinaje de visitas médicas, pruebas y cambios de medicación que me agotaron en poco tiempo física y omocionalmente.
No noté mejoría y cada vez estaba más identificada con mi papel de enferma. Mi vida giraba cada vez más entorno a la enfermedad y la limitación.

4
No noté mejoría y cada vez estaba más identificada con mi papel de enferma. Mi vida giraba cada vez más entorno a la enfermedad y la limitación.
Acabé mis estudios y trabajé en el sector social. Mi vida externa, en general, era cada vez más coherente con mis inquietudes y habilidades internas.
Seguí mi desarrollo personal e indagaba de múltiples formas sobre mis conflictos internos y su relación con mi dolencia.
A los dos años, aproximadamente, de tratamiento médico, di mi primer "gran salto de fe": Abandoné por completo el circuito médico.
Tuve que enfrentarme a miedos y a la desaprobación de "los míos".
Sin embargo, sentí que el tratamietno no me ayudaba y contradecía lo que ya cada vez comprendía mejor: Si de verdad quería sanar lo iba a tener que hacer por mi cuenta y para conectar con mis recursos internos, primero iba a tener que confiar en ellos.
Dar ese paso fue un acto simbólico determinante para afianzarme en esa confianza.
También hice mejoras en mis hábitos, responsabilizándome de mi salud: básicamente empecé a hacer ejercicio regular moderado, mejoré mi alimentación e incorporé prácticas diarias de relajación y meditación.

5
Ya no me medicaba y empecé a encontrarme mejor. Aunque los brotes seguían apareciendo de vez en cuando. Pasaron otros dos años aproximadamente.
Un buen día, tuve una situación personal de crisis de todos las áreas de mi vida: laboral, sentimental, familiar, económica...
Me dio, por supuesto, también un brote muy fuerte. Me quedé unas dos semanas en cama sin poder moverme. Sentí ir hacia atrás en todo y me hundí.
Recuerdo una conversación con la que entonces era mi compañera de piso (y amiga) en la que ella me sugería probar no sé qué terapia alternativa nueva. Pero yo no quería probar nada más. Estaba hundida.Y me permití sentir ese vacío sin buscar la "solución milagrosa" de turno.
Curiosamente, después de eso, de rendirme, me levanté el día siguiente con una energía nueva. Asumí que nada "allá fuera" iba a "salvarme, ni siquiera las terapias naturales alternativas.
Lo que necesitaba estaba en mí. Y, de algún modo comprendí que lo que necesitaba era un compromiso pleno, conmigo y mi sanación. Y lo tomé.

6
Ese mismo día se sucedieron un sinfín de "coincidencias". Mi cambio de consciencia (basado en la rendición más absoluta) obró el milagro, ahora lo sé.
Un familiar que vino de visita a mi ciudad hizo de nexo entre yo y el libro Un Curso de Milagros, Enric Corbera, la bioneuroemoción, la cuarentena como periodo de reflexión y cambio de patrones y El Camino de Santiago.
Justo cuando solté la necesidad de una solución, ésta apareció.
Parece paradógico, pero cuando realmente me desapegué del resultado (curarme) me abrí a un compromiso total de poner todo de mi parte. Ta no me importaba curarme. Solo quería "jugar". Ver qué pasaba, poner toda la carne en el asador.
En apenas unos días, me zambullí en Un Curso de MIlagros, tuve una consulta grupal en el instituto de Enric Corbera, estudié mi árbol genealógico, comprendí patrones inconscientes que me estaban lastrando desde siempre, hice las maletas y me fui a hacer el Camino de Santiago. Aún coja y, por supuesto, sin entrenar, me fui sola a caminar casi ochocientos kilómetros con diez kg. a la espalda.
Fue un viaje increíble en el que afronté miedos, conecté con una parte muy íntima de mí misma, hice una gran introspección y reestructuré las prioridades de mi vida.

7
Puse a prueba mis límites mentales, emocionales y físicos. Y supe que era mucho más fuerte de lo que siempre creí.
Establecí un compromiso inamovible conmigo misma de vivir a partir de ese momento respetando mis valores, poniéndome a mí misma en primer lugar y de tomar mis decisiones escuchando de verdad mi corazón.
En definitiva, volví transformada.
A mi regreso, tomé rápidamente algunas decisiones que cambiaron mi vida. Formé un nuevo hogar, una nueva familia y decidí dar un giro a mi rumbo profesional: iba a poner en valor al fin mis inclinaciones y habilidades en el campo de la espiritualidad y el desarrollo personal.
Mi estado de salud mejoraba por momentos y me sentía más fuerte que nunca. Desaparecieron los brotes.
Me convertí en madre y, casi paralelamente, monté este proyecto online. Me decidí a acompañar a otros en una situación similar a la mía a recorrer un camino de autosanación como el mío.

8
No fue fácil. Llegaron los desafíos, los miedos... Y, en cada "bajón" volvía a aplicarme los principios de superación que me habían funcionado con la enfermedad.
Algunos retos me costaron más que otros, y, por supuesto, sigo lididando con algunas cuestiones.Pero lo que ya nunca cambió fue que, desde entonces y hasta ahora, he confiado en mí misma y me he dejado guíar por mi voz interna. Ya no hago nada para encajar. No sacrifico mi presente por una supuesta felicidad futura, ni me muevo desde el miedo.
Mi salud siguió fuerte. Dejé completamente de tener un vida limitada por la enfermedad.
Desde entonces y hasta ahora (siete años después) he tenido alguna molestia ocasional, que he abordado revisando los acontecimientos anteriores, he revisado mi estado emocional y he tomado consciencia de pequeñas "recaídas" en antiguos patrones.
He ido haciendo crecer mi negocio online, compaginándolo también con el crecimiento de mi familia. Mejorando mi desempeño, gracias a la experiencia ganada con lo que ya son más de un centenar de clientes.

9
Mi trabajo es un anclaje enorme a mi compromiso con mi propio desarrollo consciencial y evolutivo. Me hace imposible acomodarme en bloqueos que paralicen mi crecimiento.
Mi realización a través del mismo, aún a día de hoy, me resulta a veces difícil de creer. Disfruto muchísimo.
Por fin cobró sentido el haber sido siempre una oveja negra. Fue mi oportunidad de encontrar mi propio camino, en lugar de seguir al rebaño. Ahora soy el alivio y el apoyo de otras ovejas negras que necesitan encontrar y andar su propio camino. Es una bendición ser testigo de transformaciones tan bellas.
Aprendo a diario de mis clientes. Personal y profesionalmente.
He visto avivarse más si cabe mi certeza de Propósito a través de los últimos tiempos (escribo esto en diciembre de 2020). Más que nunca, es necesario que cada vez más personas tomemos el poder espiritual que es nuestro por derecho y lo usemos para sanar la relación con nosotros mismos, nuestra vida y nuestro cuerpo.
Feliz de aportar mi granito de arena. Y agradecida, como a nada, a mi vivencia con la enfermedad. Fue mi gran maestra. Y eso es lo que quiero para ti.
Mi preparación para acompañarte
Lo he vivido en mi propia piel
Viví en perpetuo conflicto conmigo misma en distintas áreas.
Desarrollé una enfermedad autoinmune considerada crónica que empeoró también mi estado emocional.
En un momento de colapso, tomé el firme e íntimo compromiso de indagar en mí. Sane viejas heridas, lo traduje en cambios tanjibles en mi vida y mis síntomas fueron haciéndose cada vez más débiles hasta que pude recuperar una vida perfectamente "normal", libre de dolor.
Soy autodidacta desde siempre y hasta ahora
Por mi pasión natural y en búsqueda de respuestas, he devorado cientos y cientos de libros y materiales relacionados con el autoconocimiento y la espiritualidad desde muy, muy joven.
Del mismo modo, he hecho decenas de cursos y he usado de forma instintiva, cada circunstancia, relación y encuentro de mi vida para reflexionar e intentar indagar en cuestiones profundas de la vida.
También soy estudiante habitual de UCDM, medito y estudio a diario.
Me he formado en distintas terapias
A lo largo de los años, he estudiado diversas terapias y herramientas de autoconocimiento, tales como el coaching, la PNL, la biodescodificación, la Inteligencia Emocional, entre otros.
Además, realicé estudios de psicología y educación social y también trabajé varios años en el sector social, en la atención directa a personas y familias con diferentes problemáticas sociales.
He aprendido mucho gracias a este proyecto online
Creé este proyecto online en el año 2015 y desde entonces hasta ahora, he escrito tres libros de desarrollo personal y espiritualidad, he escrito decenas de artículos, he grabado múltitud de vídeos y entrevistas con expertos.
También he desarrollado mi propio método de trabajo.
He seguido aprendiendo, investigando y, sobre todo, poniendo en práctica, diferentes principios, leyes y técnicas de autoconocimiento y superación.
Mi mayor fuente de aprendizaje son mis clientes
En los últimos años he trabajado codo con codo con más de un centenar de clientes, de forma individual en sus situaciones personales.
En la inmensa mayoría del los casos, el detonante que les ha conducido a trabajar conmigo ha sido el padecimiento de una enfermedad física (a menudo autoinmune) y la comprensión de que ésta guardaba cierta relación con viejas heridas emocionales que arrastraban desde tiempo atrás.
Hemos trabajado de forma transversal todas las áreas implicadas (relaciones, trabajo, salud, antecedentes familiares...)usando como pilar la conexión con el verdadero ser y el reestablecimiento de la coherencia y el sentido en todas las áreas vitales.
Algunas de las bases de mi trabajo

Otros motivos para confiar en mí

- Esta labor la he elegido desde mi parte más libre (no sin vencer resistencias y miedos), así que la disfruto plenamente y eso vas a notarlo en mi implicación y mi pasión.
- Debido a lo anterior, y a mi perspicacia innata, voy a encontrar el modo de conectar contigo y hacer que te sea de fácil comprensión aquello que ahora se te hace abstracto y escurridizo.
- Junt@s vamos a hacer que detectes el punto exacto en el que te traicionas sin darte cuenta, por qué eso te daña, y que comprendas los pasos que puedes dar para deshacer ese patrón automático.
Dicen de mí...





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